Odio que me recuerden las reglas!. Interculturalidad en los negocios

Hace tres años, coordinaba un empleado español y uno alemán la forma de reducir el stock el almacén de la empresa. La presión de la crisis y las nuevas tendencias los habían llevado a trabajar casi con un stock cero. El proyecto debería llevarse a cabo durante los siguientes doce meses. Al cabo de dos días el empleado español recibió directivas desde Alemania para la implementación. 

Seis meses más tarde, se hace una reunión para presentar los primeros resultados. El empleado español no poseía resultados concretos debido a que los proveedores precisaban tiempo. El alemán presentó concretamente los resultados. Los jefes de ambos conversaron sobre lo sucedido. El empleado alemán confió que el el español sabría cómo llevar a cabo las directivas sin saber que sólo llevaba 5 meses trabajando en la compañía. Tampoco compartió información o pre- resultados antes de los seis meses. 

En el caso del empleado español,  no pudo presionar a los proveedores a cortar sus entregas en tan poco tiempo con el fin de reducir el stock. Y todo estaba documentado. Ambos hicieron su trabajo debidamente.

El alemán comentó casi al pasar, en la reunión que había trabajado con un empleado de España una vez y que este le comentó que odiaba que le recordaran las reglas a cada momento, lo que que influyó en la relación comercial.

Esto fue un caso real. 

Hay varios errores de comunicación intercultural. El primero de ellos es no informarse acerca de la cultura del otro y lo que el otro espera de nosotros en ambas partes. El segundo, es generalizar una cultura con  el comportamiento de un solo individuo. Tercero, es creer que si a una persona se le pide algo podrá cumplirlo sin importar las culturas de las empresas con las que esa persona trabaja. Aparte del problema de no comunicarse clara y abiertamente entre ellos, ej, llamándose una vez por semana, escribiéndose mails, haciendo teleconferencias para saber cómo se avanzaba, etc., se comete el error de pensar que se podrá trabajar con un empleado ignorando que la red de empresas con la que opera también está sumergida en una cultura que tiene sus conceptos, creencias y procesos.

Es sumamente necesario crear un área con códigos, donde todos puedan entenderse realmente y llevar a cabo sus objetivos eficientemente. 1+1=3

Paula Figueiredo

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